Primero una pequeña explicación:
Una onda es una vibración en un medio: sonido, o electromagnetismo.
Siempre se creyó que la luz era una onda. Sin embargo, al propagarse en el vacío intergaláctico, Einstein y los demás miembros del club de 'los que saben' hubieron de aceptar que unas partículas llamadas 'fotones' transmiten la energía que percibimos como luz, de la misma forma que una bala transmite la energía cinética. Esos pequeños proyectiles terminaron con los nervios de los científicos 'que saben' cuando descubrieron que también se comportaban como ondas, refractándose como olas de agua en un estanque, por ejemplo.
Eso les tuvo desconcertados (y aún lo están). Al fin, tras innumerables experimentos, tuvieron que admitir que todas las partículas tienen ambos comportamientos. De hecho, hasta agrupaciones masivas de átomos de carbono se han refractado como si fueran agua en sesudos experimentos.
Las teorías 'de los que saben' dicen que las partículas tienen ambas naturalezas: la material como partícula, y la energética como onda. Es la elección del experimentador al decidir qué experimento realiza la que determina cuál de ellas se manifiesta. Esto parece un poco enrevesado, hasta el punto de que alguno llegó a proponer que el Universo sólo existe cuando un experimentador lo mira. Claro, casi nadie está de acuerdo. Sin embargo, pone de manifiesto lo sutilmente que la Física está acariciando la Metafísica.
Hoy en día, a nivel teórico, se admite que la función de onda 'se desploma' cuando la partícula elige bajo qué naturaleza le conviene más (a niveles prácticos) manifestarse. Es una forma un poco lega de explicarlo, pero más o menos es así. Es decir, las partículas se manifiestan en cualquiera de las dos naturalezas, pero sólo una a la vez. O partícula u onda. Una vez que 'decide' (por algún procedimiento aún no del todo claro) cómo hacerlo, la otra función o naturaleza 'se desploma'.
Ahí surge una discrepancia: unos dicen que simplemente desaparece, y otros afirman (no con voz muy firme) que tal función permanece en otro Universo Paralelo, en el cuál, en los cuales, existe como una realidad (se crea uno para cada elección de cada partícula del Universo, lo cual daría infinitos Universos Paralelos). Parece ser que la partícula, enfrentada al dilema de seguir su natural recorrido en las condiciones que le ponen los experimentadores, explora como onda todas las posibilidades y 'decide' el camino más natural, en el sentido en que el agua 'elige' siempre el nivel más bajo. Es una elección basada en las leyes físicas, no en el capricho o decisión de la partícula, claro.
Bien, aquí empieza de verdad mi publicación 'ética' (o metafísica):
Los teóricos de estas cuestiones admiten que a cada objeto físico se le puede adjudicar una función de onda, como a las partículas. Un objeto macroscópico, como el cuerpo humano, por ejemplo, es un conjunto de armónicos y desarmónicos, de ondas que se refuerzan y neutralizan mutuamente. Al ser tantas y tan heterogéneas, la función de onda de un ser humano está 'desplomada'.
Ahora bien, basándome en lo que he leído sobre eso, reflexiono de la siguiente forma:
Si hubiera una forma de dotar de coherencia (en sentido físico, como se dice que los fotones son 'coherentes' en un láser, es decir, que vibran todos en el mismo plano en lugar de desordenadamente) es decir, de 'armonizar' todas las funciones de onda de las partículas que le construyen a usted y a mí, ¿podría este conglomerado de partículas 'elegir' manifestarse como onda, tal y como lo hacen las partículas individuales?
En los experimentos se admite que la función de onda se 'desploma' cuando desaparece la incertidumbre de su comportamiento, es decir, cuando el investigador diseña un experimento en el cuál la partícula será analizada bajo una función específica (onda o partícula). Se llega a decir que es la decisión del investigador la que influye en el comportamiento de la partícula. Si el investigador (o investigadora) espera encontrar una partícula la encuentra, pero si espera encontrar una onda, también la encuentra. (¡!)
No puedo evitar recordar las instrucciones que daban los místicos del pasado que se supone podían hacer cosas extraordinarias. "Se hará según tu fe", resuena en estos experimentos.
"Hazte uno con el Universo", "Armoniza tu cuerpo con tu alma", etc.
Teniendo voluntad propia usted, ¿será un ser sólido y bien material sólo porque espera ser así?
¿Podría realmente un yogui que hubiera comprendido lo ilusorio de las percepciones sensoriales 'convertirse en onda' a voluntad?
Siempre nos han dicho que si pensamos que podemos, podemos. Que es nuestra visión del Mundo la que lo construye. ¿Palabras bienintencionadas, o realidad cuántica?
¿Es el Mundo sólido sólo porque así lo construimos en nuestra conciencia?
Si hubiera una forma de armonizar las ondas de nuestro ser material, ¿estaría en nuestra voluntad desmaterializarnos, como se asegura que hacían los yoguis y otros místicos, como el Padre Pío, de lo cual hay testimonios actuales?
¿Sería eso llamado 'espíritu' lo que armonizara las funciones de onda, al someter bajo su autoridad el compuesto humano?
Tal vez lo misterioso en esos sucesos 'sobrenaturales' es sólo consecuencia de que aún no hemos 'captado' la verdad de que somos a la vez onda y partícula, y es la voluntad la que elige bajo qué función nos manifestamos (seguramente tras desarrollar la capacidad de dar 'coherencia' a nuestro ser entero)
Quizá un día digamos que un yogui que se levita es una función de onda cuántica desgravitada.
O quizá no.
Pueden llamar a esto 'Teoría del santo unificado' :D
y hacer chistes sobre tener una 'disfunción de onda' :)
O mejor, ya los hago yo...
"Soñar es necesario" (Luis Miravitlles).