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sábado, 29 de agosto de 2015

La Ética Cuántica parte de la Realidad Científica

     La Ética Cuántica parte de la Realidad Científica. Pero no de una realidad paralizada por una visión estrecha, sino una visión ilimitada.
      Una visión todavía por delimitar, y ahí radica su encanto. Las partículas (e incluso algunas moléculas) pueden convertirse en ondas. Lo estructurado resulta ser un fluido. No se sabe lo que es la Luz. No se sabe lo que es la Gravedad (ni cómo manejarla).

     Sospecho que cuando se sepa (y quizá no falte mucho, ya que hay un experimento previsto desde un satélite) se sabrá también cómo generar energía ilimitada y gratuita.
     Ya no habrá excusas para la igualdad económica del Género Humano.

     Los conflictos actuales surgen de ideas y conceptos: ateísmo versus religión, religión versus espiritualistas, religiosos en conflicto entre sí... Y todo ello sirve a la codicia y al egoísmo.

     No importa quién se imponga. Al final, es la marcha de la Historia y del Pensamiento quien decide la ideología que prevalece en el Mundo.

     Y esa Historia y ese Pensamiento se fraguan en los adelantos científicos. No importa lo fanático que sea uno, si la Realidad Científica le lleva la contraria. Nunca se hará con el poder de las conciencias individuales.

     Y, al revés, no importa lo irracional que parezca una idea religiosa, si la Ciencia termina por darle la razón.
     Si la Materia densa se puede desmaterializar en forma de fotones, si la Consciencia es una de las características del Campo M, intrínseca a las cuerdas y partículas cuánticas.

       Si la forma material podría (en determinadas circunstancias) transformarse y, por usar un lenguaje al uso, 'transfigurarse'. Parece antinatural, parece imposible. 
     Quizá lo sea. Quizá no.

     Las religiones no tienen nada que temer de la Ciencia. Estamos acostumbrados a que sus líderes teman al Conocimiento. A que se pongan a la defensiva o lo condenen, o lo repriman, o lo castiguen.
     Pero, si proclaman algo 'real', no deben temer. Si tras los dogmas hay algo verdadero, no deben temer al Conocimiento.
     Sólo la superstición debe temer a la Ciencia.
     
     Por eso una Ética apellidada Cuántica es una puerta amable al Futuro. No eliminará nada Bueno.
     No destrozará nada Bello.
     No injuriará nada Verdadero.

     Al contrario, si esa Realidad que todo lo incluye es verdadera, estará al final del microscopio electrónico, del acelerador de partículas, del agnosticismo de los científicos individuales.

     Prepárense para disolver sus ideas erróneas, sus ídolos (no rompiendo nada, que es de bárbaros, sino contrastándolo con la Verdad).

     No teman a la modernidad: no es sino el camino hacia un horizonte más amplio.
     No teman a la Ciencia. Es un método, un procedimiento, lo mismo que la concentración en un punto sirve para controlar la mente y descubrir algo más allá de ella, que no está en el punto, sino tras el entrenamiento. Así, el camino de la materia lleva al mismo Algo que el camino del Espíritu, pues sólo hay ese Algo, ese Campo M (de Madre, que incluye todo lo que existe).

     Las ideas preconcebidas son idolillos. Señalan a una Realidad, pero, por sí mismos, sólo son estatuas.
     No se puede erradicar esas ideas con un martillo ni rompiendo nada. Sólo traspasando el horizonte estrecho y comprendiendo que la Realidad es Libre: no hay estructura por densa que sea que no pueda recibir un impulso cuántico hacia su transfiguración en Energía, en Consciencia.

     Llendo desde los ideales abstractos al fino detalle de las partículas y de 'cómo' pueden transfigurarse.
     Bajando de viejas parábolas a experimentos, descendiendo de pensamientos cargados de aspiración interior pero faltos de contacto con la Materia.

     Pues, si es la Materia concreta y real la que debe transformarse para otorgar una vida inmortal al fruto del viaje vital de cada persona, de cada animal y de cada cosa, se debe hablar el lenguaje concreto de la Verdad Científica, sin temer que nuestros ideales se queden en polvo y ceniza, sino sabiendo que, si eran reales, resistirán la prueba del fuego del matraz, del acelerador de partículas, de las frías fórmulas físicas y nos otorgarán una visión auténtica y, al fin, real de nuestra Liberación. 

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